El FOT. Una experiencia para el crecimiento con sabor agridulce. Las semanas anteriores sentía intranquilidad. La intranquilidad que esconde incertidumbre, curiosidad y miedo. Tener que hablar de tu familia de origen implica tener que desnudarte, tener que mostrar tu vulnerabilidad para poder ver aquello que quizá llevas mucho tiempo guardado sin haberlo podido mirar, o simplemente sin que nunca te hayas parado a observar. Durante la semana anterior no dejas de pensar, en ti, en el grupo, en qué pasará, en cómo será, qué cosas saldrán, qué cosas descubrirás. A veces con ganas, y otras no tanto, por no saber lo que encontrarás. Y allí nos lanzamos, a la huerta de Alboraya. A la casa que guarda historias desde antaño…, secretos, ilusiones, desgracias y alegrías, como todas las casas. Y que además desde que la estrenamos conserva la experiencia de los grupos que deciden realizar la