El inicio de cada formación/supervisión desde la Familia de Origen es una aventura difícil de describir. Nuevos profesionales con nuevas inquietudes, necesidades y nuevas familias. Las que traen del trabajo, las suyas propias y las que configuran entre ellos trabajando codo con codo. El final no es menos incierto e interesante. Nos quedan balances siempre buenos. Y como es habitual con la sensación aprender de y con quienes quieren aprender con nosotras, pero sintiendo el siguiente paso necesario en el quehacer para seguir ayudando. Porque las necesidades son diferentes en temática y en complejidad. Porque cada vez que podemos ver más necesitamos más recursos. Es lo que trae el aprender constante y el buen acompañar. La última formación con profesionales que trabajan en la infancia y adolescencia en sistemas de acogida nos trajo, a Beatriz Pérez-Manglano y...