SER MÁS CONSCIENTES DE LO QUE VIENE DE NOSOTROS MISMOS
María Ferrando
LO QUE HA SIDO UN PLACER... ¡¡¡¡Y ESPERO QUE LO SIGA SIENDO!!!!
Cuando Carmen nos dijo en una de nuestras supervisones, “mi libro ya esta en el horno, lo publicaré con la editorial Morata”, me entraron unas ganas locas de que llegara el día en el que pudiera tenerlo entre mis manos y devorarlo, como suelo hacer con los libros que me interesan. Y ese día llegó. Yo estaba trabajando con la cabeza concentrada en las problemáticas de mis familias, y esa jornada en concreto, yo tenía que tomar una decisión difícil, sobre la retirada y separación de unos niños de sus padres con los que trabajo; en esos momentos suelo tener un hervidero de emociones. Entonces llegó un Whatsapp con la foto de la portada “LA FAMILIA DE ORIGEN DEL TERAPEUTA EN SESIÓN. MOVIÉNDONOS ENTRE FAMILIAS” y lo primero que hice fue comprar el libro. Quería ser la primera en tenerlo, y en este momento esperaba que el libro me gustara y también esperaba que no me decepcionará. Las personas que me conocen me consideran una persona muy exigente y reconozco que estoy de acuerdo.
Admiro a la autora de este libro desde el primer día que me dio clase. He realizado toda mi formación Sistémica con ella y sus compañeros de Fase Dos. Hice mis Fots (Familia de Origen del Terapeuta) en tres seminarios, por supuesto con ella y con Beatriz. En dos de ellos estuvimos los compañeros de formación sistémica Avanzada encerrados literalmente, en una alquería impresionante.
Lo que más me gustaría destacar, es que ambos seminarios sucedieron en momentos de cambios vitales para mí, no detallaré en qué consistieron estos cambios, no viene al caso, pero sí diré que tuve que tomar decisiones difíciles y muy dolorosas, pero a la vez decisiones necesarias para poder seguir adelante y dejar de estar bloqueada.
Tanto Carmen como Beatriz, consiguieron crear un ambiente propicio para que esto sucediera, respetando tiempos, espacios y acompañando en el proceso, algo que Carmen continúa haciendo en las supervisones, que tanto disfruto con ella y mis compañeras una vez al mes, y que no exagero nada si digo que me hacen crecer como terapeuta familiar y como persona en cada una de ellas.
Todo lo que explico, es para que podáis entender cómo me sentía al empezar a leer el primer libro, de una persona que forma parte de mi vida profesional y que quiero que continúe formando parte.
Y llegó el libro y empecé a leerlo, y quise enamorarme de él, pero sabéis que esto a veces no se consigue y pensaba “ay ay ay como no me guste qué le diré, qué voy hacer...”
Pero el libro consiguió enamorarme, ahora puedo decir que más incluso de lo que esperaba; la redacción, la claridad con la que repasa algunos de los términos que los sistémicos utilizamos de forma continua... Empecé a pensar “este libro no lo puedo guardar en la estantería cuando lo acabe, tendré que tenerlo a mano para poder consultarlo”. Y luego me surgió la necesidad de subrayar algunas de las frases que me hacían recapacitar sobre mis familias, sobre mi propia familia de origen y por supuesto sobre mi familia creada; con permiso de la autora compartiré una de ellas: “ Debemos prestar atención a las señales corporales, tanto propias como procedentes de los pacientes, con el objetivo de obtener la información que solo las palabras no pueden trasmitir”, esta reflexión es importantísima para una terapeuta como yo, que comenzó siendo cognitiva y que le cuesta pararse y mirarse dentro, para así poder entender mejor a las familias con las que trabaja. Términos que se tratan en el libro como la palabra isomorfismo (concepto que me encanta, por otra parte), el repaso que se hace de la utilización del Genograma, las reglas familiares, los secretos, etc. y que tanta influencia tienen en lo que vemos y cómo lo vemos. La autora, a lo largo del libro, hace especial hincapié en la importancia de conocerse a uno mismo y conocer a su propia familia de origen para que haciendo explícito lo implícito, podamos como terapeutas familiares ser más conscientes de lo que viene de nosotros mismos y de lo que nos muestran nuestros pacientes.
No quiero extenderme más. Os diré que escribe alguien que admira a la autora, pero también alguien exigente que no es capaz de conformarse con cualquier cosa, y soy sincera cuando digo que ha sido un placer leer este libro, que es un placer tenerlo entre mis libros referentes y a la vez creo, que un poquito de mi también esta en él.
LO QUE HA SIDO UN PLACER... ¡¡¡¡Y ESPERO QUE LO SIGA SIENDO!!!!
María Ferrando
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