Ir al contenido principal

El psicólogo y el proceso terapéutico: el arte de tejer la red que los sostiene

 


El psicólogo y el proceso terapéutico: el arte de tejer la red que los sostiene

 

Belén Colomina

Psicóloga sanitaria. Psicoterapeuta, instructora de meditación y docente. Responsable del área de psicoterapia y mindfulness para niños y adolescentes en Elephant Plena.

 

El proceso de terapia es un continuo de instantes en el que tanto el paciente como el terapeuta se mueven continuamente a lo largo de una historia que se construye momento a momento. El paciente expresa y comparte en un entorno en el que se siente sostenido en la resonancia y comprensión del vínculo terapéutico. Un vínculo seguro en el que crece el cuidado, la confianza, el respeto y la aceptación. Un lugar donde no existe el juicio, la crítica o exigencia del tener que ser” sino que simplemente existe el complejo encuentro de dos personas que se permiten ser. El paciente desde su expresión sintomática, y el terapeuta desde su conocimiento y resonancia emocional. El terapeuta acompaña la facilitación del proceso para que avance hacia la resolución satisfactoria y saludable de la necesidad no expresada -o no identificada- del paciente. La presencia plena del terapeuta, su disponibilidad atencional y emocional transforman la incertidumbre del encuentro en un ajuste creativo que avanza hacia la resolución del conflicto. Ofrece el marco de seguridad necesario para que el paciente pueda externalizar su mundo, sus dificultades, inseguridades y miedos. 

 

Como terapeutas, sabemos de la importancia del trabajo personal para poder tejer este sostén relacional que se mueve en cada instante con nuestro paciente. No hay nada fijo e inmutable en las sesiones. Son pedacitos de la historia del paciente. Desde su perspectiva, desde su sufrimiento. Un profundo contenido vivido de forma muy distinta en cada uno de ellos pero siempre, desde el impulso de expresar aquello que necesita sanar para resolver, para elaborar y comprender. Un síntoma reflejado en su cuerpo, en su tono, en su mente. A veces con una mayor conciencia sobre su mensaje, sobre qué viene a mostrarnos el síntoma, y otras veces sin saber descifrarlo, pero siempre desde la vulnerabilidad de su sufrimiento.

Como terapeutas, acompañamos en esta delicada incertidumbre. Ofrecemos una guía que permite descifrar la necesidad del paciente. Una necesidad no resuelta y atascada, convertida en un síntoma y que necesita ser escuchada, atendida y satisfecha.

Y así, se construye un proceso en el que paciente y terapeuta salen transformados del encuentro honesto y genuino que compartieron.  

 

El terapeuta, para tejer en cada sesión esta red invisible que sostiene el proceso, requiere de un trabajo personal. Para no confluir en la historia del paciente, para no proyectar sus propias aflicciones, para diferenciar sus propias soluciones, para respetar el ritmo del paciente y saber acompañar para alentar sin juicio ni exigencia. La presencia plena, la actitud de apertura y disponibilidad, el contacto genuino, la aceptación y la ética. Habilidades y virtudes que el terapeuta entrena y maneja desde su propia historia personal. Una historia también tejida dentro de su primera red de apoyo, la familia de origen. Esos primeros lazos que conformaron vínculos, patrones relacionales, formas de comunicación, ajustes y desajustes que forman la base sobre la que iniciamos el camino. Conocerla para poder sanarla, elaborarla y transformarla. El terapeuta también necesita permitirse sentirse cuidado. Atenderse para elaborar su historia sin confundirla ni proyectarla en el paciente, para estar presentes y disponibles, libres. Para permitir sentirnos abiertos y resonar con el paciente para transformar y guiar en la incertidumbre. Seguir tejiendo esa red invisible que ahora, en cada instante presente, sostiene cada encuentro.

 

Somos retales de muchas historias, de muchos mensajes recibidos que amalgamamos en cada circunstancia para sobrevivirla, para que nos permita seguir creciendo internamente desde la felicidad genuina, desde el bienestar y la paz interior. Y la responsabilidad de acompañar no requiere de perfección sino de la humilde preparación y trabajo personal con nuestra propia historia. Cultivar nuestra presencia y entrenarnos para acompañar en el sufrimiento ofreciendo un marco seguro y saludable en el que seguir creciendo como seres humanos.

Comentarios

  1. Me ha encantado. Enhorabuena Belen por tu sabiduria y la preciosa manera de compartirla. Enhorabuena Carmen por tu gran Blog.

    ResponderEliminar
  2. Fantástica reflexión sobre el proceso psicoterapéutico. Enhorabuena Belén y Carmen por el Blog.

    ResponderEliminar
  3. Hola Belén, muy hermosas tus reflexiones acerca de FOT y lo que significa para ti, este trabajo tan maravilloso que compartimos.
    Una pequeña obra de arte

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Pasado, presente, armonizando la sensibilidad infantil y adolescente.

PASADO, PRESENTE, ARMONIZANDO LA SENSIBILIDAD INFANTIL Y ADOLESCENTE. Cristina Cortés Cuando Carmen me invito a escribir en su blog sobre la familia de origen del terapeuta, lo primero que surgió en mi fue un agradecimiento por la invitación y al mismo tiempo la sorpresa, esta emoción desapareció rápidamente para dejar paso a la siguiente. Así se vio desplazada por una imagen conocida que ha visitado con frecuencia mi espacio mental y ahora llega junto al perfume del azahar. La imagen de mi abuela paterna, una mujer aérea, sonriente que con frecuencia se perdía en emociones añejas que la invadían y la arrastraban a los grises fríos de su infancia. Una infancia que se vio afectada porque se truncó el calor materno que no pudo ser expresado por vicisitudes de la época. Tuve la fortuna de nacer en su casa, amenizada por clavelinas y geranios, con olores a azafrán y canela que evocaban su tierra.  Acompañada por la presencia de mi abuelo, un hombre de olivos y jacarandas curtido por el...

El niño coterapeuta

EL NIÑO COTERAPEUTA Anna Ferre Me encanta como Carmen consigue generar red entre profesionales y divulgar el conocimiento conjunto que entre todos vamos recibiendo y generando. Y le agradezco que cuente también conmigo para ello. La verdad es que, con todo lo que Carmen ha recogido en su libro ya y todo lo que otros colegas han escrito en este blog sobre la familia de origen del terapeuta, hoy siento que puedo añadir en forma de reflexión personal que deseo que pueda ser una brisa de inspiración. Mientras paseaba reflexionaba sobre lo esencial de nuestra manera de estar en el mundo como adultos, y pensaba, como siempre digo, que efectivamente en la familia de origen se cuece todo. Muchos y muchas terapeutas lo han contado y conceptualizado de distintos modos según su visión y enfoque terapéutico. Hoy me permito hacer el ejercicio de ir a lo esencial. Lo simple en lo complejo siempre es una tabla de salvación cuando nos perdemos o complicamos, queriendo o sin querer. La vida es un miste...

Terapia de Familia

     La Familia de Origen del Terapeuta en Sesión es un manual que recoge la larga experiencia en la formación de terapeutas de familias.      El material de que se compone es de carácter teórico-práctico y con una amplia gama de actividades/herramientas para que tanto terapeutas, supervisores o tutores de talleres FOT puedan ampliar su rango de acción frente a las visicitudes del trabajo con pacientes.      La Terapia Sistémica, el Modelo Fásico Integrativo, la Teoría del Apego, lo trigeneracional, la perspectiva narrativista así como los últimos avances en terapia neuropsicológica se convierten en herramientas para adaptarse mejor a cada momento y a cada paciente/familia.      El profesional, a través del conocimiento de la propia familia de origen,  será más libre de "moverse entre familias" con la que trabaje directa o indirectamente.