Del encuentro a la experiencia con la Familia de Origen
Raúl Gutiérrez
Para describir el encuentro con Carmen a través de su obra: La Familia de Origen del Terapeuta en Sesión, comienzo estas líneas compartiendo una experiencia con mi propia familia de Origen. Contar un pedacito de mi historia (como ejercicio propuesto en el propio libro) a través del cual danzar entre el encuentro, tanto con el planteamiento de la autora y con mi propia historia, y el aprendizaje de la experiencia.
Siendo niño, mi padre me dijo una desafortunada frase en un momento de alta intensidad emocional. Algo así como: “No llores, no sirve para nada, lo único que sirve es la aceptación”. Treinta y cinco años después, imagino que la intención de mi padre pretendía ser pedagógica: “acepta lo que sientes”. Aunque realmente lo que consiguió fue invalidar mis posibilidades de expresar algunas emociones en determinadas situaciones.
El año pasado, debido a un acontecimiento familiar inesperado, tuve la oportunidad de encontrarme con mi padre (nunca estuvo ausente, aunque en su presencia, yo sentía su ausencia). De alguna manera, vivir con él un encuentro paternofilial, a través del cual poder vivir el afecto y dar lugar al sentimiento. Este encuentro, como proceso, estuvo transversalmente acompañado por mi propio proceso terapéutico. Es desde esta transversalidad que pude hacer del encuentro con mi padre, una experiencia restaurativa. Reparadora de la invalidación temprana de la expresión emocional. Este fue, para mí, el proceso de aceptación del que entiendo que mi padre habló siendo yo niño. Pero esta vez, con la posibilidad de expresar mi sentir. Así es como pude hacer del encuentro con mi padre, del contacto con el mismo, una experiencia que posibilitara narrar(me/le) lo que sentía. Hacer del encuentro; una experiencia, sostenido y contenido en mi proceso personal.
Esta experiencia personal-familiar pretende, a modo de viñeta, ejemplificar lo que supone la lectura de “La Familia de Origen del Terapeuta. Moviéndonos entre familias” en el sentido de que, además de resultar un encuentro literario y profesional con la autora; y un encuentro con el pensamiento sistémico y relacional (pues resulta intelectualmente enriquecedor sumergirse en una lectura sobre las familias de origen, entrelazada con teóricos y teorías psicodinámicas relacionales), también resulta una experiencia. Una experiencia personal y profesional que invita a pensar(se) y sentir(se) en la/s familia/s (de uno mismo y con las que intervenimos)
Carmen explora, desde la teoría sistémica y psicodinámica relacional, el encuentro de la supervisión con cada terapeuta como una experiencia. Narrar dicha experiencia y reflexionar sobre la misma con un tercero (supervisor/a), favorece la posibilidad de integrar el encuentro y hacer de ello una experiencia restaurativa y madurativa, en la historia del/a terapeuta, también de éste con las familias con quienes se relaciona en terapia. Todo ello desde la exploración de la familia de origen del terapeuta y el setting terapéutico. Así, tiende el puente entre lo que acontece en el espacio de terapia y la historia personal. Desde la exploración sistémica y relacional de la dinámica interpersonal del terapeuta con las familias y con su propia familia. De manera sencilla y profunda.
En resumen, el libro traslada, además del basto conocimiento de la autora, su dilatada experiencia, y su valioso aprendizaje a lo largo de los años acompañando a profesionales. A través de un texto que bien se podría denominar “manual”, el cual incluye: teoría, viñetas clínicas y ejercicios prácticos. Con todo ello, logra invitar a la reflexión de nuestro quehacer profesional. Consigue así, como decía al principio, hacer del encuentro con la lectura, toda una experiencia reflexiva.
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