LA SUPERVISIÓN EN EL ENCUENTRO TERAPÉUTICO
Trabajando con terapeutas de familia
La meta de la supervisión es aumentar la complejidad de las intervenciones del terapeuta. Esta meta convierte la supervisión en un proceso muy íntimo porque los estilos preferidos de las personas están unidos a su HISTORIA Y QUIÉNES SON; y debo respetar los límites que me prohíben entrar y jugar con sus vidas. La supervisión es un proceso en el cual los terapeutas se emplean a sí mismo.
Expandiendo el estilo del terapeuta
Un supuesto fundamental del supervisor orientado estructuralmente defiende que cada estudiante, al igual que las familias tratadas, es más complejo de lo que parece inicialmente. Existen recursos infrautilizados en su repertorio interpersonal que, de activarse, se traducirán en un terapeuta más complejo, en un instrumento más efectivo.
El terapeuta emplea su relación con cada miembro familiar, junto con los procesos familiares que fomenta como director del sistema terapéutico, como el mecanismo para producir una expansión familiar. De forma similar, el supervisor emplea su relación con cada estudiante, junto con los procesos grupales que instiga en su función de director del grupo, como mecanismos para facilitar la expansión del terapeuta.
(..) hay ciertos temas reaparecen con cierta regularidad en la supervisión de la terapia de familia.
Ampliaciones típicas del estilo que pido (Minuchin) que experimenten los estudiantes:
1. De la historia al drama. La supervisión debe empujar al terapeuta a ver tanto como a escuchar; para ver la organización, lo conductual, el texto subyacente interpersonal que rodea y cubre cada historia familiar. Hay que invitar al estudiante a mirar más allá de la historia, para ver cómo está organizada la narración de ésta en la familia.
2. De las dinámicas individuales a la complejidad de la relación. Hay que invitar a tales terapeutas a que exploren la complementariedad: la construcción mutua de los miembros de la familia y la regulación de la conducta de cada uno de los otros. Yo trabajo para conseguir que el estudiante mire más allá de lo individual para ver patrones familiares.
3. Del proceso terapéutico centrado en el terapeuta, al centrado en la familia. (..)El terapeuta persigue la construcción de un proceso terapéutico en el que la interacción entre los miembros de la familia, y no la interacción con él/ella, sea capital.
4. (..)la supervisión debe crear la capacidad de retirarle a una posición de media distancia, hacia un observador curioso.
EL ARTE DE LA TERAPIA FAMILIAR.
Salvador Minuchin.(1998)
Ed.: Paidos Ibérica.
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