AGRADECER Y OFRECER. Andres Climent
Carmen me ofrece de nuevo la oportunidad de escribir en su blog con motivo del aniversario de la publicación de su libro. Además del halago que me produce esta invitación conecté con algo así como “¿un año ya?” que me recordó el implacable paso del tiempo y lo que conlleva. Quizás los 50 años (que quizás cumpla en noviembre) al acecho también tiene algo que ver con esta sensación de que tenemos vidas relativamente cortas, incluso si llegamos a edades avanzadas.
Esta primera reflexión precede a lo que quiero resaltar: tenemos un impacto en otros (así como los demás en nosotros) y básicamente puede ser más o menos positivo, negativo o neutral. Además, la intención puede estar detrás de ese tipo de efecto pero no siempre va a corresponder: podemos tener una buena intención y no tener apenas impacto o incluso negativo; sin saberlo podemos hacer algo positivo para otros, etc… pero en la línea del axioma comunicacional “es imposible no comunicar” podríamos decir que no podemos no influirnos.
Enlazando esto con la teoría del apego y la familia de origen recuerdo el impacto de una de la sesiones formativas con Stan Tatkin (creador del enfoque psicobiológico en terapia de pareja, P.A.C.T.). Concretamente cuando nos enseñaba la entrevista de apego para parejas (adaptada y ampliada de la entrevista de apego original de Main) y presentaba algunas preguntas del tipo: “cuando eras pequeñ@… seguidas de: quién te cuidaba si enfermabas, quién jugaba (solo) contigo, te miraba con brillo en los ojos…”. Entonces accedí a partes de mi propia historia y al papel de mi familia de origen en mi cuidado y configuración personal. Como por aquel periodo de la formación estaba en plena fase de crianza de mis dos hijos (ahora en fase adolescente,…) me surgió enseguida qué estaba haciendo yo al respecto con cada una de esas cuestiones relativas al apego. Hasta entonces mi mirada estaba dirigida más hacia atrás (mi familia de origen y lo que fue mi historia). Me di cuenta de la dificultad de hacer lo deseable en cada una de las áreas sondeadas en la entrevista de apego y que tenía que tener más en cuenta que yo era parte clave (ya lo era pero no tanto) de la familia de origen de mis hijos y que estaba configurando parte sus estructuras clave con mis respuestas y trato. Ojalá solo con eso fuera suficiente pero sí me ayudo a tener más claras mis intenciones y a poder sintonizarlas mejor con mis actos.
Al conectar con la complejidad de hacerlo suficientemente bien como padre, y a comprender y agradecer más a mis queridos cuidadores (empezando por mis padres pero con muchas más personas implicadas) pude agradecer más lo recibido y valorar que sin ellos y sin las personas que me han ido influyendo y ayudado (desde siempre y hasta hoy, de maneras muy diversas) no podría estar (por ejemplo) ni escribiendo este pequeño texto. Todo esto, puede sintetizarse en una de mis citas preferidas y que más me acompañan e inspiran. Rebosa sabiduría y nos recuerda varios aspectos esenciales:
"Antes que la muerte se lleve todo lo que se te ha dado,
da todo lo que tengas que dar" Rumi
Maravilla, Andrés. Gracias!
ResponderEliminarOs mando abrazo ��
De vuelta!
ResponderEliminar