EN RELACIÓN
Aurora Guardia
Hace un tiempo ya, mi apreciada Carmen, me pidió que escribiera una entrada para el blog que había creado, con motivo de la publicación de su primer libro…
De inmediato le dije que sí, que podía contar conmigo. ..sentí que comenzaba a angustiarme la idea de escribir la reseña, en el momento que conocí el libro a fondo y me di cuenta de todo lo que aporta el manual…”todo un bagaje teórico-práctico y muchas y nuevas actividades, para que los psicoterapeutas puedan ampliar el rango de conocimiento de pacientes y el suyo propio, y así afrontar mejor las dificultades con las que se encuentra en su práctica profesional”. Eso escribe Carmen en la contraportada. Pensé, creo que esto “me encaja”
¿Por qué entonces, estaba retrasando la elaboración de dicha reseña?
Además de por algo obvio, cerrar fechas con la correspondiente carga de trabajo no es fácil.
En mi práctica clínica, desarrollo mi trabajo, tanto en el ámbito público (Unidad de Salud Mental de Adultos), como en un despacho privado.
Con posterioridad, me tranquilicé y tome mi tiempo para “Ponerme en la situación”, y concluí, todo lo que a continuación os comparto.
En primer lugar, me pareció, que Carmen era una terapeuta, “no binaria”, tiene una vasta formación, que la hacía acreditar territorios comunes a los míos. Partiendo de una formación como terapeuta sistémica, había recorrido también territorios de otras escuelas (corrientes cognitivistas, conductuales, gestálticas, psicoanalíticas, psicodramáticas, donde coincidimos en un curso y aprendimos mucho de Pablo Población a través de sus textos y Elisa López Barberá, que coordinaba dicho curso, y que significó el encuentro en bloque del grupo de referencia formativa y de vida profesional que tengo ( Instituto Wilhelm Reich Europa) y el suyo propio (centro de Terapia Familiar Fásica, al que ella pertenece).
Evocándolo ahora, pienso en aquello y sale sólo…Estaban los directores de ambos centros Annette Kreuz y Jerónimo Bellido. Se me antojan ahora los padres profesionales de ambas y estaban allí juntos de algún modo realizando también ese encuentro, que a veces fue danzado y muy festivo, pues al ser intensivo suponía, parar, comer juntos, y realizar actividades de todo orden que proponía Elisa..
Cómo no, simultanear los cronogramas profesionales y también, porque no los personales de algún modo…
Somos el terapeuta profesional que recoge dentro a la persona que lo milita. No entiendo esta profesión sin vocación, sin revisarse en permanencia, sin revisitarse, cuando algo “no termina de encajarnos”. Y como “el cuerpo no termina donde la piel lo delimita”, todo suma en el “CUENTAME (TE) de Carmen.
Sin esto, no podemos saber “¿QUIENES SOMOS EN EL SETTING TERAPEUTICO?”.
Nos adjetivaremos profesionalmente, dialogaremos en modo interno, desarrollaremos estilo terapéutico, según lo que nuestro coro interno nos señale también.
Por todo esto necesitaremos siempre formación continua y continuada, aquella que nos permite ampliar y crecer desde la humildad a lo que uno hace y a lo que uno es, a las afinidades electivas que uno va desarrollando. Eso nos permitirá ampliar nuestra mirada sobre nuestro estilo en la sesión y también permitirá simultanear nuestro lugar profesional, en cada momento terapéutico en el que nos encontremos. A veces en presencia, a veces en ausencia, a veces como observador, a veces como participante más o menos activo.
Podrá haber momentos de tránsito, la vida los tiene y la profesión está en la vida de cada profesional, siempre atravesadas en modo reciproco y bidireccional. Por ello me gusta tanto el libro de Carmen. Creo que ha hecho un esfuerzo enorme, por dar ligereza a tanto, por haber sabido contarlo teniendo en cuenta lo conductual, lo experiencial, lo intrapsíquico y yo quiero subrayar lo corporal, porque sé que ella también lo tiene en cuenta. “ nada se puede pensar, que previamente no se haya sentido”, frase emanada de la filosofía y que da cuenta de la importancia y la necesidad de organizar, como Carmen realiza, lo sustancial, lo humano, la apertura, para así poder dinamizar aquello que al terapeuta no le concluya, aquello que tema, aquello que le pese, aquello que le resulte opuesto.
Al final es necesario sentirse vivo, cuadrar nuestras necesidades con las de las personas a las que atendemos, en un acercarse y alejarse, para permitir que los pacientes puedan crecer y renovarse tras un proceso terapéutico. Para que como explica mi maestro en la vida y en la profesión, el acto clínico se convierta en una pequeña obra de arte, sesión tras sesión. Para ello es necesario “amar, trabajar y conocer”, como decía Reich
Carmen sabe de todo eso.
Muchas gracias, Carmen, por un libro necesario y tan revelador para la práctica clínica tanto pública, como privada.
Mª Aurora Guardia Martín
Psicóloga Clínica. Orientación Analítica Relacional y Reichiana.
Esta reseña genera en mí las ganas de leer a fondo el libro de Carmen. Tu sabiduría y buen hacer me turba y me deslumbra. Eres la persona a la que confiaría mis más preciados temores y pecados y regalaría mis grandes ilusiones.
ResponderEliminarTus palabras iluminan a todos los terapeutas que se acercan a tí. Gracias Aurora.